¿Quién mato a la bicicleta?
Un grupo de estudio de las Naciones Unidas, conocido como el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, acaba de hacer público su último informe, en el que se afirma que el cambio climático es inequívoco y que, casi con total seguridad, está causado por el hombre – de hecho, el nivel actual de CO2 en la atmósfera es el más alto de los últimos 650,000 años. Según el mismo informe, la temperatura del planeta se elevará entre 2 y 6 grados a lo largo del siglo XXI y hay una gran probabilidad de que asistamos a un gran incremento en sequías, huracanes y otros desastres climáticos.
Pedaleo por la ciudad con mi bicicleta. Tras los cristales empañados de los automóviles, se adivinan caras que me miran con curiosidad. A dónde irá ese loco, parecen decir. En seguida el tráfico se atasca, me deslizo despacio entre las rugientes latas de sardina que me rodean y me coloco el primero en el semáforo. Frente a mis ojos fluye, interminable, un río de coches de todas las marcas y colores, pero todos ellos igualmente malolientes y ruidosos. ¿Quién es el loco? ¿Cómo hemos llegado a este punto? ¿Por qué somos adictos a unos trastos caros, peligrosos, contaminantes, basados en un motor que se inventó hace casi 100 años y que consume un bien no renovable y escaso como la gasolina?
Por ello, tenemos la responsabilidad de ser líderes a la hora de devolver a la bicicleta su papel como medio de transporte urbano. Además, el mountain bike es un deporte que se basa en el contacto con la naturaleza y los ciclistas debemos ser los primeros en cuidarla y en velar por su futuro. Está claro que, en los próximos años, vamos a experimentar importantes transformaciones en nuestra vida cotidiana, ya sea por la aceleración del deterioro ambiental, por el agotamiento de los combustible fósiles o por una combinación de ambos factores. No sé lo que pensaréis hacer vosotros, pero yo no tengo la menor intención de sentarme a esperar a que la situación sea todavía peor. Al contrario, voy a hacer todo los posible para luchar contra el calentamiento global ahorrando energía, utilizando transporte público y empleando la bici para mis desplazamientos siempre que pueda. Sino, cuando sea viejo, no podré mirarle a la cara a los chavales pequeños.
A GROSSO MODO HE TRASCRITO PARTE DEL ARTÍCULO REDACTADO POR MANUEL MAQUEDA.